Efrén Andrade.
Noticom.Mx- La honradez no se premia, pero el agradecimiento sí
Llevaba prisa por llegar a un lugar, así que abordé un taxi amarillo.
Tengo algunos meses sin vehículo, porque los “agradables” de la aseguradora GNP. Le han dado tantas largas al pago de una pérdida total de mi camioneta, casi igual a las excusas del gobierno estatal naranja de Samuel García porque ni los camiones ni el cheque de GNP llegan. Quisiera saber qué llegará primero.
Bueno, pues con este tiempo frío y lluvioso. Los taxis de plataforma son escasos y si hay, son súper caros.
Tuve la suerte de encontrar un taxi amarillo vacío para enfilarme al lugar donde tenía mi cita.
Entre pláticas, el conductor, de nombre Manrique. Me hizo muy ameno el trayecto. Platicamos de sus hijos y de cómo él los educa, al estilo como lo educaron a él.
Uno estudia en FIME, otro en la preparatoria Álvaro Obregón como técnico en refrigeración y otro más que ya no puse demasiada atención porque mande un mensaje.
Al llegar a mi destino, me despedí amablemente y bajé de prisa. Cuando perdí la señal de mis audífonos, fue cuando me percaté que había dejado mi celular en el asiento trasero del taxi.
-Oh no, un taxi amarillo. ¡He perdido mi celular!
La fe, más que la confianza me hicieron pedirle a un transeunte su celular. A lo que accedió de inmediato.
Marqué una, dos y tres veces, y que contesta Manrique.
-Bueno, una disculpa. No podía contestar porque estaba en circulación. Ahora mismo te llevo el celular…
-Solo le agradecí. A los pocos minutos arribó.
-Manrique me has salvado. Acepta esta propina en agradecimiento.
-Para nada amigo, es mi deber. La honradez, no tiene precio.
-Tienes razón. La honradez no se premia pero el agradecimiento sí.
Muchas gracias y felicidades.
Me gustaría que Manrique fuera candidato y ganara una elección. Necesitamos muchos Manrique en puestos de elección popular.
